Más de 100 familias aún esperan la construcción de sus viviendas.
Era un viernes 16 de diciembre, se cumplía la segunda misa de aguinaldos y los 6.233 habitantes de esta población del occidente de Norte de Santander, se preparaban para compartir con sus seres queridos que regresaban tras varios meses de ausencia.
Según relatan quienes estaban en el municipio, para el 17 de diciembre de 2010 por orden de las autoridades, los residentes de Gramalote, debían desalojar sus viviendas de manera inmediata, pues el casco urbano se estaba viniendo abajo por una falla geológica que terminó por acabarlo todo.
“Ese viernes 16, el día previo a la evacuación, ya se tenían informes de la zona rural sobre movimientos de suelo, de mucho lodo, de los causes de los callejones cambiando de dirección; y pues una comisión de compañeros salieron al sector a verificar la situación sobre lo que estaba sucediendo allá arriba. Hasta las 6 de la tarde lograron bajar, entregar un informe, de inmediato se reúne el comité de Gestión del Riesgo, se evalúa la situación y de inmediato se le ordena a algunos barrios que estaban cerca al lugar de la falla salir, por la gran cantidad de agua y lodo que estaba pasando por los dos drenajes que tenía el municipio”, relata León David Peñaranda, técnico de la alcaldía para ese entonces.
Estas maravillas estan en el municipio de Gramalote, en Norte de Santander, una hermosa población que vale la pena visitar. @rcnradio pic.twitter.com/OxUkRZQDlR
— Fabián Silva Ramirez (@FabianSilva26) December 16, 2022
De otro lado, este experto en la historia de Gramalote, señala que conocida la situación y dándose la evacuación de varias viviendas, de la Estación de Policía y del Hospital San Rafael, muchos decidieron empezar a llamar a sus seres queridos para que no llegaran hasta al pueblo, ya que diciembre es una época en donde se acostumbra al reencuentro de las familias gramaloteras.
Con el paso de las horas, ya ese 17 de diciembre, Gramalote se fue convirtiendo en un pueblo fantasma. La evacuación de las familias avanzó hasta finalizar el día, al mismo tiempo que los movimientos del cerro La Cruz seguían generando daño en el casco urbano.
Meses después el pueblo quedó en ruinas, seis años después, el 20 de diciembre de 2016, el entonces presidente Juan Manuel Santos Calderón entregó las primeras 189 viviendas del nuevo Gramalote, la plaza de mercado y el parque principal del casco urbano el cual se edificó en la vereda Miraflores. Han pasado seis años desde ese acto y aún faltan más de 100 casas por entregar a un número igual de familias, que aún no tienen las llaves de sus viviendas, pero si unos recibos del impuesto predial por cancelar.
Este municipio en los últimos años, por medio del turismo, con lugares llamativos como las ruinas del antiguo Gramalote, las quebradas Las Lajas, Arcoíris, pozo de los espejos y un tobogán natural, ha encontrado la oportunidad de tener una reactivación económica, con la cual muchas familias han mejorado su calidad de vida.
Fuente
Sistema Integrado Información
