Un mal procedimiento en el recurso hídrico de San Gil produjo malestar en sus habitantes, quienes desde el pasado 7 de diciembre al consumir el preciado líquido presentaron síntomas de intoxicación y gastroenteritis.
En días anteriores, el director de Salud Integral de la Gobernación de Santander, Germán Marín, dijo que diariamente se venían tomando cinco muestras en la red de distribución para monitorear si aún el agua tenía presencia de bacterias como Coliformes y Escherichia Coli. El pasado 18 de diciembre, los resultados del examen señalaron que cuatro de las pruebas tenían presencia de estas bacterias.
Sin embargo, una serie de pruebas realizadas el pasado 21 de diciembre por expertos de la salud, arrojaron un resultado positivo que permitió establecer la potabilidad del agua. Así mencionó Javier Villamizar, Secretario de Salud de Santander.
“Hemos tomado muestras del agua cada ocho horas para llevar el monitoreo y los resultados han sido positivos, apto para el consumo humano, logramos estabilizar la situación de este brote.”
El funcionario dijo que, diariamente, aún se atienden entre 40 y 50 casos con brote de gastroenteritis, y dijo que, los casos registrados son porque todavía las personas no han realizado la limpieza a los tanques y recomendó, no tomar agua almacenada.
“Es de resaltar que no se debe consumir agua de los tanques, el agua acumulada no es potable. Continuaremos con campañas por el municipio, con el equipo de salud ambiental y departamental para correr el voz a voz y mitigar el impacto.”
El funcionario indicó que aún no se ha podido saber con exactitud qué sucedió en el momento del tratamiento del agua en la planta, pero que sí hay un parte de tranquilidad, de que la contingencia está superada y el agua se puede consumir.
Tras la alerta amarilla emitida por el municipio, es de resaltar que, el pasado 21 de diciembre, una mujer de 62 años falleció debido al brote de gastroenteritis. La mujer llegó el 15 de diciembre al Hospital Regional de San Gil y murió en la Unidad de Cuidados Intensivos.