Magistrado, Jorge Enrique Ibáñez, vicepresidente Corte Constitucional
Rueda de prensa con el presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes Cuartas y el vicepresidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez.
Camila Díaz - Sistema Integrado Digital RCN Radio
6 Jun 2025 01:42 PM

El presidente de la Corte Constitucional asegura que las autoridades no están para llamar al odio ni a la división

Sara Camila
Fajardo Castellanos
Jorge Enrique Ibáñez recalcó que sin instituciones fuertes, la democracia corre el riesgo de convertirse en un cascarón vacío.

El presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez, hizo un enfático llamado a la defensa del Estado de Derecho, la separación de poderes y el respeto al orden constitucional, en medio de la tensión generada por el presidente Gustavo Petro y su insistencia en publicar el decreto que convoca a una consulta popular sobre la reforma laboral.

El pronunciamiento se dio durante su intervención en la edición número 59 de la Convención Bancaria, en Cartagena.

El equilibrio institucional es el instrumento a través del cual se garantiza que las decisiones respondan al interés general y no por la conveniencia de unos pocos”, sostuvo Ibáñez, tras advertir que el interés general no puede confundirse con el interés de las mayorías.

Recalcó que la democracia constitucional no se limita a un sistema de gobierno, sino que representa un pacto que permite la convivencia pacífica y la garantía de derechos.

El presidente de la Corte advirtió que, aunque en tiempos de estabilidad la defensa de la democracia puede parecer un ejercicio teórico, “en momentos de tensión institucional, se convierte, como hoy, en una necesidad urgente”.

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Añadió que la Constitución “no es un texto muerto ni un símbolo vacío, sino la expresión viva de nuestra voluntad de convivir en paz”.

En una crítica directa a discursos polarizantes, afirmó que “las autoridades no están para llamar al odio ni a la división de la sociedad”. Según el magistrado, la legitimidad de las instituciones no se deriva de la fuerza ni de la popularidad, sino del respeto a los principios que las sostienen: la justicia, la equidad y la defensa de los derechos humanos.

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Ibáñez también se dirigió al sector productivo para subrayar que la confianza, base de la inversión y el desarrollo, no se construye sobre la improvisación, sino sobre la previsibilidad y el respeto a las normas. “Sin ese respeto, la incertidumbre sustituye a la confianza y la prosperidad se vuelve inalcanzable”, advirtió.

Recalcó además el rol de la sociedad civil como garante del orden democrático, y la importancia de su participación activa como contrapeso frente al poder. “La sociedad civil es el corazón que da vida a las instituciones”, dijo, y recordó que su papel es exigir rendición de cuentas y ser escuchada en las decisiones que afectan a todos.

Concluyó invitando a renovar el compromiso con el orden constitucional: “Defender la democracia no es un acto de nostalgia: es la única manera de asegurar que la libertad se sostenga como un derecho inviolable para todos”.