Pez exótico estaría transformando la pesca y el equilibrio ambiental en el embalse Topocoro
La presencia de un pez exótico introducido de manera irregular en el embalse Topocoro, en Santander, estaría generando un cambio profundo en la dinámica de la pesca y en el equilibrio ambiental del ecosistema. Así lo advierten registros pesqueros y análisis de especialistas que han hecho seguimiento a la evolución del embalse, conocido oficialmente como la Hidroeléctrica Sogamoso.
De acuerdo con estudios citados por biólogos y técnicos ambientales, la introducción del tucunaré, una especie originaria de la cuenca del Orinoco, habría alterado de forma significativa la composición de las especies presentes en el embalse. Aunque no existe una versión oficial sobre cómo y quién introdujo este pez, los expertos coinciden en que su llegada no habría contado con ningún control institucional y estaría relacionada con el interés de impulsar la pesca deportiva y el turismo asociado a esta actividad.
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Las cifras que manejan investigadores locales resultan llamativas. Actualmente, el tucunaré y otra especie introducida representarían cerca del 82 % de las capturas registradas en el embalse. En contraste, peces nativos como el bocachico y el capaz, que durante años fueron la base de la pesca en la zona, habrían pasado a tener una participación mínima, lo que evidencia una alteración importante en la estructura del ecosistema.
Este fenómeno no solo tendría implicaciones ambientales, sino también sociales y económicas. Voceros de la pesca artesanal aseguran que más de la mitad de los pescadores de subsistencia han abandonado la actividad, debido a la disminución de especies tradicionales y a la baja productividad general del embalse. Incluso, algunos especialistas señalan que Topocoro es hoy uno de los embalses menos productivos del país, pese a su gran extensión.
El carácter depredador y territorial del tucunaré, sumado a su alta capacidad reproductiva, genera preocupación entre los expertos. En un ecosistema cerrado como un embalse, esta especie no tendría un control natural efectivo, lo que podría seguir desplazando a las especies nativas y comprometer la sostenibilidad a largo plazo del sistema.
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La situación ha reabierto el debate sobre la gestión ambiental, la introducción de especies exóticas sin control y el dilema entre promover la pesca deportiva y proteger los ecosistemas y las comunidades que históricamente han dependido de la pesca artesanal en la región.
Por: Lizeth Delgado Gutiérrez.