
A nueve meses del inicio de la ofensiva del ELN en el Catatumbo, la guerra continúa
Se cumplen nueve meses del inicio de la ofensiva militar del ELN, contra integrantes de las disidencias de las FARC, en varios municipios de la zona del Catatumbo, que deja cifras históricas en materia de desplazamiento, confinamientos y homicidios.
Según el último reporte del Puesto de Mando Unificado que lidera la gobernación de Norte de Santander, cerca de 82.200 personas han salido desplazadas por el recrudecimiento de la violencia, 1.740 que aun siguen confinadas ante lo enfrentamientos y siembra de minas antipersona, y por lo menos 163 homicidios confirmados por parte de las autoridades regionales.
De las 163 personas que han sido asesinadas, 144 son civiles, 6 firmantes de paz, 3 líderes sociales y 10 menores de edad en municipios como Tibú, Teorama y Convención, El Tarra, Hacarí, entre otros.
Cifras que han sido contrastadas por defensores de derechos humanos en el Catatumbo, quienes afirman que un subregistro, confirmaría que por lo menos se han presentado 400 homicidios, entre integrantes de grupos armados, civiles y miembros de la fuerza pública.
Sin embargo, en los últimos meses, la guerra en el Catatumbo se ha reconfigurado, al pasar de prácticas tradicionales como los enfrentamientos, a los ataques con explosivos mediante drones y otras acciones violentas, que está afectando de manera directa a la comunidad civil y campesina.
Una de las máximas preocupaciones es el aumento en el fenómeno de reclutamiento forzado de menores de edad, del cual no se tiene registro oficial, pero se ha logrado establecer que se ha aumentado en estos últimos meses en zonas como Tibú, El Tarra y Convención.
Los ataques con explosivos y con drones, es otra de las alertas que tienen las autoridades, que ya deja varias víctimas mortales, entre ellas civiles, a manos del ELN y disidencias de las FARC que están utilizando estás tecnologías.
Sumado a la posibilidad que los grupos armados que están en disputa estén conformando alianzas militares con otros actores que hacen presencia en la región, con el fin de fortalecer la ofensiva que desde el pasado 16 de enero inició en el Catatumbo.
Lina María Mejía coordinadora de la ONG Vivamos Humanos en diálogos con la FM aseguró que se ha logrado conocer por parte de diversas organizaciones sociales, las alianzas entre grupos armados que aumentaría los niveles de violencia en la región.
Además, de evidenciar que en algunos grupos, se ha perdido la jerarquía o línea de mando, generando que integrantes de estos grupos, actúen sin ningún tipo de control en la zona.
De igual forma, el fenómeno del secuestro extorsivo y retenes ilegales en varios sectores del Catatumbo, se han disparado de manera exponencial, lo cual genera preocupación de las comunidades, que salen e ingresan constantemente al Catatumbo.
Juan Carlos Quintero representante de la Asociación Campesina del Catatumbo Ascamcat, aseguró que luego de adelantar comisiones de verificación en la zona, se confirmó la realización de retenciones ilegales en medio de retenes en vías de municipios como Tibú, donde se han presentado secuestros y retenciones de varios comerciantes y empresarios de la zona.
Uno de los escenarios, que ha pasado desapercibido en medio de la guerra, es la salud mental de las comunidades que han sido afectadas, especialmente, los desplazados quienes sufren cuadros de ansiedad, depresión y estrés, que no han sido tratados de manera integral.
Lo que más preocupa en la zona, es la poca respuesta del estado para atender la crisis humanitaria en el departamento, donde solo se han presentado acciones de asistencia en menor escala a población desplazada, que regresó a sus territorios, sin ningún tipo de garantías.